Bolsas ecológicas: 5 consejos para su mantenimiento.

Bolsas ecológicas: 5 consejos para su mantenimiento.

Las bolsas reutilizables suelen ser bastante durables, si bien su resistencia no basta para que podamos considerarlas aptas para su uso. Conforme va pasando el tiempo van precisando de una higiene adecuada, y a su vez podemos aumentar su vida, con lo que gana la salud, nuestro bolsillo y también el planeta.

¿Pero, qué entendemos por bolsas ecológicas? En este post entendemos como tales no tanto aquellas que están fabricadas con materiales orgánicos sino sobre todo las que nos evitan el uso de bolsas de plástico gracias a su durabilidad.

Lógicamente, lo suyo sería que además de estar hechas con material reciclado u orgánico o reutilizando viejas camisetas o retales, pongamos por caso, sean durables y fáciles de mantener. En suma, se trata de minimizar la huella del ciclo de vida de las mismas.

 

Más allá de estos aspectos, tan importantes e ideales como difíciles de cumplir buena parte de las veces, en el día a día debemos concentrarnos en prolongar la durabilidad de nuestras bolsas, independientemente de que sean más o menos ecológicas.

Consejos para cuidar las bolsas reusables

Haciéndolo, sin duda, estamos teniendo gestos ecológicos que se traducen en sostenibilidad, con lo que sumamos puntos verdes. Veamos, a continuación, algunos consejos para su mantenimiento de cara a mantener sus condiciones higiénicas y su buen estado.

1. Claves antes de adquirirla

Pensar en el buen mantenimiento de la bolsa reusable que vamos a adquirir o hacer nosotros mismos, tanto a la hora de comprarla o de coserla, es un primer paso ecológico clave.

Por lo tanto, el buen mantenimiento debe ser, primero, factible (algunos materiales no permiten el lavado) y, todavía mejor, también fácil. No caigamos en el error de comprar una bolsa solo por su estética o por su bajo precio ni olvidemos la necesidad de limpieza, fijándonos solo en su durabilidad.

De igual manera que el hecho de usar una bolsa reutilizable es un eco gesto, elegirla bien y mantenerla también lo son. Tener una mentalidad verde implica pensar en todo, ser prácticos más allá de una actuación puntual.

2. Una ecología saludable

Los gestos ecológicos no solo están motivados por la reducción del impacto ambiental. Un enfoque integral del concepto de ecología también incluye un estilo de vida más saludable.

En este caso, la higiene de las bolsas es fundamental, pues no son de usar y tirar, además de estar en contacto con alimentos, entre otras superficies que pueden ser foco de bacterias u otra polución orgánica e inorgánica.

Para evitar que se conviertan en un nido de suciedad y microorganismos potencialmente peligrosos para la salud (entre otros, la Salmonella y E. Coli), los expertos recomiendan no olvidar su limpieza regular.

2. Darles usos concretos

Aunque aparentemente estén en perfecto estado, es esencial darles un repaso cada cierto tiempo para evitar contaminaciones directas y también cruzadas, entre distintos alimentos y objetos que entren en contacto entre sí.

En esta contaminación cruzada, también el contacto humano puede actuar como transmisor de enfermedades. O, por ejemplo, transmitir las bacterias de unos alimentos a otros. Un caso muy citado es el del pollo crudo, que al introducir en las bolsas pueden trasmitir las mismas a los alimentos que suelen consumirse crudos.

No tendremos que lavarlas tan a menudo si destinamos unas bolsas a las frutas y verduras, sirva de ejemplo, y otras al pescado o a la carne, destinando otras al pan o también a productos envasados que no sean frescos.

En caso de no poder hacerlo, también es de utilidad contar con bolsas interiores que podemos lavar a menudo, un truco que también puede sernos útil en caso de que la bolsa no admita el lavado.

3. El lavado de las bolsas ecológicas

Un buen lavado debe buscar la sostenibilidad (no despilfarrar agua, detergentes idealmente eco, etc.) y también la eficacia, así como el respeto del material para prolongar su duración.

El uso de la lavadora, incluyéndolas junto con otras prendas, y siempre dentro de un uso eco amigable de este gran electrodoméstico es una buena opción para para bolsas de tela o de material impermeable.

Para las telas o materiales, así como estructuras que no aguantan el agua, podemos pasar un paño humedecido en agua con vinagre o, por ejemplo, espolvorear bicarbonato, cepillarlo y luego retirar los restos. No se logra la misma higiene que con un lavado convencional, pero ayudará a su mantenimiento.

 

4. Trucos para el mantenimiento cotidiano

Lógicamente, no vamos a lavar las bolsas a diario, con lo que podemos poner en práctica algunos pequeños trucos para que duren en el mejor estado posible hasta el próximo lavado.

Por un lado, recordemos la importancia de dejar secar antes de guardar tras cada lavado para evitar que salga moho. Por otra parte, vigilemos que después de su uso no se quede mojada por haber introducido alimentos frescos, congelados u otros productos que pudieran derramar algunos líquidos.

En el caso de que así sea, pasemos un trapo para retirar el exceso de agua y dejaremos secar bien, dándole la vuelta con el fin de prevenir malos olores y proliferación de microorganismos.

O, por qué no, aprovechemos estas situaciones, en las que se moja o se ensucia para lavarlas, en caso de que se trate de una situación puntual. Si nos ocurre a menudo, tengamos listo un paño ligeramente húmedo para pasarlo o preparemos un spray con agua y vinagre con el fin de acabar con el problema al momento, pasando luego el paño, que bien puede ser un pequeño retal.

5. Guardarlas en un lugar fresco y seco

Si estamos en verano, las altas temperaturas serán un problema si las guardamos en el coche o en cualquier otro lugar donde haga calor. Por supuesto, no habrá problema si están recién lavadas, pero esto no siempre es así. Si podemos elegir el lugar, por último, guardémoslas en un lugar limpio, seco y fresco de la casa o de cualquier otro lugar.

 

 

 

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